viernes, 14 de julio de 2017

• LOS NUEVOS METALES Y LOS PRODUCTOS QUÍMICOS DE LA SEGUNDA REVOLUCIÓN




Esta segunda fase de la revolución productiva se produjo más o menos entre los años 1850 y 1914, a esta segunda fase también la conocemos hoy en día como segunda revolución industrial la cual trajo cambios muy significativos, hasta el punto de que hoy seguimos inmersos en sus consecuencias tanto favorables como no tan favorables.   




Una de sus tantas innovaciones que podemos hablar de la revolución industrial son metales y las nuevas aleaciones que se dieron en el campo industrial

Entre los metales nuevos tenemos al Acero aunque Ya se conocía antes de esta fecha pero su fabricación era muy cara. La producción rentable (proceso Bessemer) de un hierro más resistente revolucionó el mundo. Locomotoras, barcos, puentes, máquinas… el acero las hacía más duraderas y fuertes. Cuando en 1871 la ciudad de Chicago quedó arrasada por un incendio, los avances en el uso del acero permitieron la invención del rascacielos.



También podemos hablar del Zinc como un elemento químico que, mediante el galvanizado impide la oxidación del hierro y el acero. Su primer uso masivo fue la protección de las chapas de hierro para tejados y vallas de hierro, que hasta entonces se corroían rápidamente.




Otro producto metálico fue Aluminio: Hasta la Segunda Revolución Industrial este metal resultaba ligero pero demasiado blando. Cuando se descubrió la aleación que lo endurecía empezó a ser empleado, entre otras cosas, en la incipiente industria aeronaútica de Von Zeppelin.



Una propiedad del Níquel es que  al mezclarlo con el acero este se vuelve inoxidable, y al mezclarlo con el cobre se obtiene alpaca. Este metal fue empezó a ser utilizado masivamente para acuñar monedas pero su principal virtud radicaba en su resistencia a la corrosión por agua de mar, por lo que a su manera, revolucionó el mundo de los utensilios marinos y las máquinas de condensación y destilado de agua salada.

El cromo se empezó a utilizar para proteger o fortalecer metales (acero, aluminio), cuero y madera. Con el aumenta el octanaje de la gasolina y sirve para fabricar baterías, tintes industriales, latas ligeras y monedas

La producción del cobre también se perfeccionó y este elemento se convirtió en esencial en el desarrollo de la electricidad y los motores eléctricos.

Se encontró un sustituto artificial para todos los tintes naturales existentes, lo que abarató considerablemente la tintura industrial de todo tipo de objetos de consumo.

Se inventan la nitrocelulosa y la nitroglicerina que estallan por percusión y no por ignición como la pólvora, que era lo único que se conocía como explosivo hasta entonces.

Se empezaron a fabricar masivamente abonos químicos y fertilizantes sintéticos: nitrato sódico (a partir de nitratos minerales naturales), superfosfatos o la síntesis química del abono de potasio.


Se extendió el uso de cemento tipo Portland que había sido inventado en 1824. Este cemento consiste en una combinación de minerales que mezclada con áridos, agua y fibras de acero da lugar a una masa que conocemos como hormigón.


En la década de los 50 se empezó a experimentar con el destilado de petróleo. Al principio se utilizó para iluminación, tanto casera como urbana, pero el desarrollo del motor de explosión impulsó de forma definitiva su desarrollo.


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